Con una formación que incluye la Escuela Nacional de Artes Plásticas y la Academia de San Marcos en Italia, Olaciregui es uno de los artistas panameños modernos más comprometidos con la pintura.
En sus cuadros el color vive y fluye en una proyección natural. Para él los cromatismos, sean con intensos rojos y naranjas o tonalidades más frescas de azules, son el principal transmisor de emoción de su obra, en la cual la naturaleza tropical es exaltada y estilizada con un carácter propio. Los contrastes son una confrontación de sensaciones que tono a tono expresan las profundas ideas del pintor.
Los murales fueron una pasión inicial, que luego se concentró en una abstracción cargada de dinamismo que ha definido su plástica. Su trabajo ha recorrido el país en múltiples exposiciones individuales y colectivas, y su compromiso con la enseñanza del arte ha sido inquebrantable con el paso del tiempo.
Para el maestro Olaciregui pintar es "…como el comer, como respirar, es una necesidad imperiosa, es una parte integral de mi vida. No me imagino la vida sin pintar, la pintura lo es todo para mí".
En el cuado Como está, Olaciregui muestra su estilo pictórico y hace la presencia de la figura en su abstraccionismo cinético. Siempre sobre un fondo de color difuminado pero firme y contrastante, aparece la figura en complicidad con la mancha característica de su obra. En una oportunidad el pintor dijo: "La experimentación para un artista representa, básicamente, la búsqueda de nuevas formas a través de recursos materiales en pos de plasmar una idea que no sea a través de las formas y los recursos tradicionales de la pintura".
A la espera es una obra de formato mediano creada recientemente por Olaciregui, en donde notamos que el artista crea atisbos de figuración dentro de una composición abstracta. Sigue su trayectoria de la luz y el color en un logro de armonización colorista.
En Cuál será el maestro Olaciregui introduce el elemento figurativo dentro de su propuesta abstracta, deseando compartir su confabulación con el observador. Esta es una obra de reciente confección en donde el artista deja de manifiesto su planteamiento plástico actual.
Luis Aguilar Olaciregui especialista en el abstraccionismo cinético. Sin título posee un formato grande, dándole mayor expresividad a su temática que engancha al espectador.
En los últimos años su obra ha evolucionado notablemente, tanto en la forma como presenta su contenido como en el tratamiento que hace del color. Ha logrado que el espectador navegue por el color, en este caso en tonos de azul que deleita al ojo, para luego encontrar el estallido de una mancha de colores tenues con mucho movimiento. Algunos dicen que Olaciregui evita, hasta donde le es posible, la racionalización en el acto creativo y sustenta su propuesta en lo aleatorio, logrando una armonización coloristica singular.