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Raúl Altamar

Nobel Barrios: abstraccionismo cubista


Inspirado por el vínculo entre el hombre y la naturaleza, la importancia de la ecología y la problemática climática, Nobel Barrios crea obras en las cuales la figura humana regresa a ese entorno primordial que día a día va cambiando… sin dejar de evocar una profunda belleza.

El sol, la luna, el mar, la tierra, el hombre, la mujer, los mitos: esto es lo que Barrios expresa en sus trabajos en un estilo que fusiona lo figurativo con lo abstracto. Para este pintor las influencias pueden ser conscientes o inconcientes, y aunque admite un gusto por la obra de Klee, el acervo que ha creado y que termina comunicando es enteramente propio.

Los temas sociales y culturales del pasado y el presente panameño son otra fuente conceptual para sus obras, explorando pincelada tras asertiva pincelada la esperanza del ser humano dentro de un mundo que castiga y nutre a la vez.

En Observando la luna se aprecian figuras de conformación humanoide en una actividad contemplativa de la luna, en una imagen planteada desde el abstraccionismo cubista donde el artista deleita al observador con el uso de colores semejantes sobre un a superficie irregular, preparada para crear ese capricho visual. También se observa el estilo de la Escuela de Azuero, reconocida desde final del siglo XX e inicio del XXI. El escenario dividido que Barrios plantea en este cuadro demuestra conocimiento en el uso del color y de la forma.

La fruta prohibida sigue la técnica del acrílico, favorita de los artistas de Azuero. En este cuadro Barrios reitera el uso de un color que proviene del ocre y otros pigmentos terrosos cálidos, los cuales le sirven de escenario para su tema central: los elementos iconográficos, simbólicos y míticos que muestran una actividad humana con un sincretismo definido. Los suyo son mundos imaginados o rituales mágicos.

En esta obra, titulada Transformación, el uso de elementos semifigurativos al estilo azuerence reitera el uso de pigmentos cálidos, mezclados con figuras geométricas sobre un fondo de dos tonalidades, proyectando los dos momentos de la transformación de la figura central.

Colorismo y expresión llevan al observador a inmiscuirse en lo que podría ser el cambio propuesto por el artista. Se reitera un fondo rugoso donde se plantea una policromía con un empasto colórico, pero de diferentes tonos.

En Espíritus del bosque figuras antropomorfas custodian el bosque en una actitud contemplativa de la naturaleza. Sobre una superficie rugosa de la base de preparación, Nobel Barrios hace su tratamiento pictórico lleno de simbolismo con notada expresión.

Se confirma la influencia de los creadores de Azuero y su directriz de tema y estilo, con los antecedentes de Tamayo vía Raúl Vásquez. El uso de colores tierra y los fondos contratantes, logran que el espectador aprecie la figura central de una manera más expresiva.

La obra de Barrios es representativa de Panamá y de una de sus escuelas artísticas más importantes.

En Eclipse Barrios usa lo monocromo como solución, buscando darle contenido al fenómeno astronómico al que el hace alusión, con figuras que van desde lo abstracto hasta lo figurativo, llevando al observador a percibir líneas geométricas que contienen figuras humanas. Continúa la influencia del grafismo cromático, definiendo intrincadas composiciones abstractas en esta obra reciente del artista.

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