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Festival de arte moderno

Multibank invita a la inauguración del Festival de arte moderno en Galería Tamarindo el jueves 17 de Noviembre de 2016 a partir de las 7:00pm.

El festival se llevará a cabo del Viernes 18 al sábado 26 de Noviembre de 2016 en horario de 10:00am a 7:00pm (Lunes a Viernes)  y  10:00am a 4:00pm (Sábados).

En esta muestra colectiva participan 15 artistas de actualidad:

 

Navil Abrego, Aimeth Aguilar, Lida Castillejo, Marta Corró, Ariel Dabah, Emmanuel Daza, Hector Samaniego Sinclair, Osvaldo Herrera Graham, Igor Kourany, Susana Méndez, Radames Pinzón, Jairo Romero, Oman Samudio y Ricardo Sánchez Beitía.​

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Navil Abrego

Oriundo de Soná, provincia de Veraguas, Navil Ábrego es un artista panameño cuya pintura presenta sofisticación y estilo. Posee un título en artes plásticas del INAC, obtenido en 2004, y durante su carrera ha recibido múltiples reconocimientos, más recientemente el primer premio en la categoría pintura del certamen Arte del Trabajador 2016 del Instituto Panameño de Estudios Laborales.

 

Su vocación y talento fueron notados e incentivados desde pequeño, y para este artista el aprendizaje continúa siendo diario, constantemente buscando ideas para adaptar a su estética. En su trayectoria ha pasado por varios estilos pictóricos, y en este momento se encuentra en su etapa abstracta, la cual le permite expresar conceptos con sentimientos más introspectivos o representar realidades que transforma con textura, luz y color. Favorece el acrílico, el cual describe como una técnica laboriosa ya que, como en el ajedrez, requiere de astucia para prever la acción después de cada trazo.  

 

Ábrego rompe tabúes y marca su estilo usando una paleta que despierta alegría en el espectador. Crea colores vibrantes combinando tonos suaves y fuertes, fomentando contrastes sutiles de luz y sombra sin regirse a una sola tonalidad. Kandinsky ha sido una presencia constante, al igual que Dalí, aunque el artista afirma que cada etapa de la vida trae consigo nuevas influencias. 

 

Su versatilidad, la cual se aprecia aun más al conocer su trabajo figurativo, la ha logrado en parte gracias a su experiencia como rotulista y artista del grafiti. Otra cualidad notable es la forma de sus líneas, que hechas a pulso llenan de movimiento y dinamismo a cada cuadro. Se concentra en una sola obra a la vez, pensando en que su vida y alma quedará plasmada en la tela. Sus obras se han vendido en Colombia, Costa Rica, Argentina, Chile, Paraguay, Estados Unidos, Israel y Francia.

Aimeth Aguilar

La expresión latina carpe diem define bien el espíritu de la obra de Aimeth Aguilar. Sus pinturas son una expresión de como ella se siente en el momento, proyectando mensajes personales que surgen de esa captura del tiempo y la emoción con color y forma.

 

Panameña radicada por mucho tiempo en Nueva York, estudió un rato en la School of Visual Arts de esta ciudad pero prefiere describirse como autodidacta. La técnica mixta le permite mostrar más, ya sea color, emoción o esas ideas que orgánicamente surgen apenas ella toma el pincel. Su favorita es el óleo, y últimamente ha estado experimentando con el acrílico, la cera, los pasteles y el collage. 

 

Al inicio de su carrera prefería los retratos, un estilo que quizás encontró limitante ante la libertad de color y forma que le brinda la abstracción que tanto adora ahora. De esta manera se le hace más fácil expresar sus sentimientos, y admite que sus pinturas van evolucionando hasta adquirir una vida propia. 

 

Matisse y los impresionistas, su uso del color profundo, siempre le apasionaron, y Aimeth admite que el arte le gusta desde que era una niña. En el 2009 retornó a Panamá y se mudó a la playa, dedicándose a vivir el arte con pasión en su tierra natal.

Lida Castillejo

Nacida en la costa colombiana de Barranquilla, Lida Castillejo reside en Panamá desde hace más de 10 años, y en ese tiempo se ha dedicado a producir mucha de la obra que presenta en Galería Tamarindo.

 

En su trabajo como directora de arte para cine y en otros proyectos profesionales desarrolló una aguda percepción estética, que combinada con una fascinación por la pintura desde una temprana edad crearon un interesante perfil como artista plástica. “Siempre he pintado, no tengo recuerdo de no pintar”, comenta. Castillejo, en una técnica mixta o “fusión”, combina lo abstracto en sus fondos, el pop con sus colores planos y lo figurativo con los árboles y la naturaleza que tanto la inspiran, creando obras delicadas, vivas y alegres que incluso logran cierta tridimencionalidad.

 

Los árboles de Panamá como el guayacán, la acacia y el crespón, algunos de ellos encontrados en las calles de la ciudad o en santuarios naturales como el Parque Omar, son parte fundamental de su presente colección pictórica, cuyas obras en el reverso incluyen el nombre científico de estos “seres elementales”, además de una flor o una hoja que reafirma su belleza natural ante la evocada por la artista. 

 

Recordar la importancia del amor y el cuidado de la naturaleza que nos rodea es un concepto importante para la obra de Castillejo. Su uso de colores metálicos, al igual que el tamaño de sus cuadros, hacen eco de los antiguos iconos religiosos que adoraban a santos, produciendo ese mismo tipo de veneración.

Marta Corró

Con una parentela de vena artística, Marta Corró creció rodeada de dibujantes y talladores que nutrieron el espíritu creativo que siempre tuvo. La rica cultura de su familia, establecida en Colón y con influencias europeas y del interior del país, también marcaron su visión de la vida y del arte.

 

Estudió diseño gráfico en Ganexa y ha tomado cursos en la Escuela de Artes Plásticas del INAC con el maestro Luis Aguilar Olaciregui. Retomó la pintura en años recientes después de sus años como estudiante, de una manera casi impulsiva y como reto personal. Maneja el acrílico y el óleo, dependiendo de lo que su instinto le dicte en el momento, o lo que el mismo cuadro le pida: brillo o mate, cambiar un tono o modificar una sombra, crear efectos o difuminar… Nunca se cierra a las posibilidades y sabe lo que quiere de su obra.

 

En su producción figurativa ha incluido dos conceptos que le han interesado: Las doncellas, muñecas simpáticas inspiradas por la moda y el colorido de las estrellas de pop que le encantan a su hija; y los peces, con detalles de brillantes Swarovsky y expresiones coquetas, basados en su importante simbología como parte del imaginario tropical y panameño. Las abstracciones que hace son más instintivas e inmediatas, juegos de pura expresión, color y sentimiento.

 

Con el deseo de promover su arte en el exterior, Corró ha expuesto en colectivas del Museo de las Américas y de la galería Art Fusion, ambos en Miami. Sus obras se han vendido en subastas del Club Rotario y Kiwanis, y ha participado de diversas colectivas tanto en la capital cono en Colón. Galería Tamarindo es su primer representante en Panamá.

Ariel Dabah

Este joven pintor de la ciudad de Panamá es un nuevo miembro de Galería Tamarindo, aportando una visión fresca basada en una vocación que ha nutrido toda su vida.

 

Las materias electivas de arte que tomó en el colegio le inspiraron mucho su lado creativo, y algunos cursos tomados en Ganexa, junto con las clases de dibujo y pintura que recibió en la Universidad Isthmus mientras estudiaba arquitectura, crearon una base sólida para su formación como pintor. Antes de casarse, su madre fue una pintora aficionada muy dedicada, y él heredó esa pasión por los colores, las formas y las texturas. 

 

Dabah pinta obras realistas, generalmente con pincel e inspiradas en paisajes naturales, al igual que piezas abstractas llenas de textura hechas con mucha técnica en el uso de la pintura. Cuando retrata paisajes lo hace modificando la realidad en beneficio del espectador, adaptando tonos o volúmenes para que las figuras resalten más; mientras que en sus abstracciones trata de crear imágenes tridimensionales, con el deseo de presentar obras 100% originales hechas a mano y con técnicas clásicas, en vez de apoyarse en el software de una computadora.  

 

Al momento se dedica enteramente a perfeccionar su arte, pintando seis días a la semana y usando el séptimo para dibujar. El artista se encuentra trabajando en una ambiciosa pieza de gran tamaño y textura que próximamente compartirá con el público.

Emmanuel Daza

“De niño siempre pintaba las paredes, y siempre tenía que limpiarlas al final… Eventualmente empecé a dibujar en hojas de resma, hasta que se me dio la oportunidad de hacer mis primeras obras y nunca quise parar. Es la manera en que mejor me expreso”. De esta forma Emmanuel Daza recuerda sus inicios como artista y la profundidad de su vocación.

 

Para él, la búsqueda de un propio estilo es una constante en su vida. Inicialmente aprendió a memorizar los colores, las infinidades de mezclas con ciertas cantidades de un tono u otro, y cómo influenciaban el resultado final. Su aprendizaje lo ha llevado por el abstracto, el impresionismo, el mundo de las acuarelas, los dibujos al carbón y hasta familiarizarse con el óleo y el acrílico; inclusive ha realizado obras en láminas acrílicas y ha intentado “pintar al revés”, técnica que le ha hecho lograr un mayor impacto con la iluminación una vez la obra está instalada. Al momento se destaca en el acrílico sobre lienzo y sobre plexiglass.

 

Sus obras, paisajes naturales llenos de explosiones de energía, son de muchos contrastes. El artista las describe como fluidas, empezando a pintar con colores que tiene en mente para entonces dejarse llevar, haciendo que la pintura surja por sí sola evocando memorias o sueños. Su meta es dejar una huella que perdure en el tiempo de la humanidad.

Hijo del aclamado pintor colombiano Álvaro Daza, admite que los bosques por los cuales su padre es conocido lo impresionaron desde pequeño y comenzó a pintar viéndolo trabajar. Su camino ha incluido talleres con diferentes artistas de renombre, aprendiendo con ellos de diversas técnicas e historia del arte en su natal Colombia, durante una residencia familiar en Miami y en Panamá, éste último lugar donde reside con su familia y que se ha convertido en su base. Ha expuesto en China y en varias ciudades de los países que han sido su hogar.

Gustavo Didacio

Gustavo Didacio pasó sus años formativos como artista en Guatemala, y la influencia de este mágico país, al igual que la de maestros centroamericanos como César Menédez, Francisco Amighetti y Rafa Fernández, es palpable en su exótica y colorida obra.

 

Con un estilo que él mismo describe como mágico realista, Didacio, originario de la provincia de Chiriquí, opina que la primera impresión de una obra es la que cuenta, que un cuadro puede gustar o no gustar. Para este artista los temas de sus obras se van presentando de manera natural, como las playas, los botes, las velas o las sandías, todas evocando una exhuberancia latinoamericana y tropical rica en personajes y situaciones que quedan plasmadas en la tela.

 

Esas imágenes femeninas de que tanto vio durante sus estudios en la tierra chapina, voluptuosas mujeres de etnias antiguas en mercados artesanales ataviadas con vibrantes colores,  aún prevalecen en su trabajo. Sus rostros, siempre despojados de expresión, representan una de las marcas principales del artista, fundamentada en la idea de brindar cierta impersonalidad al observador que le permita apreciar la obra de una manera más personal.

 

Didacio ha expuesto en Panamá, Honduras, Guatemala, Japón y Corea.  

Igor Kourany

Sin duda uno de los artistas más vanguardistas de Panamá, Igor Kourany ha desarrollado un estilo propio que combina una formación tradicional con una expresión contemporánea. Su profesión de arquitecto le ha permitido dominar múltiples elementos, como el manejo de la escala, la geometría, las proporciones, la perspectiva y uso de la escala cromática. Si a esto se le suma sus conocimientos de fotografía, proyección tridimensional y una afinidad por el trabajo manual, se crea la receta perfecta para incursionar en el arte digital experimental que hoy lo identifica. 

 

Se considera un artista estrictamente digital. Su técnica mixta incluye CGI (3D) y fotografía digital manipulada, dibujando bocetos solamente como base conceptual o sobre una tableta al editar imágenes. “No hay muchos pinceles en mi estudio”, revela curiosamente.

 

Para Kourany cada proyecto tiene su propia fórmula, mutando de obra en obra. Para él, lo más importante es reconocer el “método constructivo” de la imagen más viable con los recursos disponibles, y que cumpla a cabalidad con el plan establecido para cada obra.  “Yo tengo varias líneas de trabajo y cada una tiene un método distinto”, afirma el artista, haciendo que su proceso resulte más desafiante que el de un pintor tradicional.

 

Siempre abierto a nuevas influencias que le aporten dinamismo a su creatividad, a nivel conceptual su trabajo explora tres líneas básicas de contenido: el surrealismo digital, con androides en vastos parajes, retratos digitales surrealistas y “animales líquidos”. La diversidad es un valor para él, y le enorgullece el poder realizar obras tan distintas entre sí.

Susana Méndez

Susana Méndez es una joven pintora panameña que en años recientes ha comenzado a exponer su obra de manera individual y colectiva. Marcada por el trabajo y los talleres del artista colombiano Alberto Granja, comenzó a pintar durante sus estudios como diseñadora de interiores, profesión que más tarde le ayudaría a refinar conceptos como la disposición del espacio, la perspectiva y el juego de luz y sombra.

 

En la búsqueda de su estilo propio ella ha pintado óleos e incluso experimentado con la escultura. Actualmente pinta en acrílico sobre canvas con espátula, encontrando más libertad estética en esta sencilla herramienta que en la convencional rigidez del pincel. Sus obras encajan en esa curiosa contradicción del “realismo abstracto”, en las que el artista crea un mensaje directo que al mismo tiempo deja espacio para una interpretación más amplia.

 

La temática de sus pinturas surge de su imaginación, o de otras imágenes que puedan inspirarla, y suelen ser trazadas en un dibujo antes de ser llegar al lienzo. De esta manera su creatividad las redefine a su gusto y con su toque artístico original.

Osvaldo Herrera Graham

El volumen, la luz, el color y las texturas son los pilares de la plástica de Osvaldo Herrera Graham, quien ha jugado tanto con la abstracción como con el realismo mágico propio del arte figurativo. 

 

El ser humano es el centro de su trabajo, presentando situaciones cotidianas yuxtapuestas contra elementos irreales. De esta forma su obra se convierte en un escape a los problemas diarios, sin dejar de tocar (con algo de humor inclusive) temas sensibles la sociedad de hoy, desde el congestionamiento vehicular, la falta de viviendas y el abuso de poder hasta el maltrato a la naturaleza.

 

Herrera Graham nació en la provincia de Panamá en una familia inclinada hacia las artes, iniciándose en la pintura con la guía de su padre y de libros de arte. Se graduó con honores de la Escuela Nacional de Artes Plásticas y pronto comenzó a recibir reconocimientos y menciones de honor por su obra en distinguidos certámenes de artes plásticas. Ha participado en diversas exposiciones individuales, colectivas y subastas, destacando su participación en el Corredor Cultural Centroamericano, subastas en México, Nueva York y diversas muestras en Corea del Sur, China, Japón y Chile, donde ha compartido exposiciones con varios maestros latinoamericanos.

 

Recibió el título de “Hijo Meritorio” del Distrito de La Chorrera, donde actualmente reside.

Radames Pinzón

Radamés Pinzón ha sido descrito como “un torrente imaginativo que no se detiene, que solo encuentra voz a través del dibujo y el color”.

 

Sus obras invitan a ser admiradas tanto como analizadas, desafiando al observador a encontrar las claves de un trabajo rico en significados. La fuerza de la arquitectura, como símbolo de hegemonía de unos pueblos sobre otros, es uno de sus temas recurrentes, además de exaltar lo nacional tanto como lo regional. Desde los barrios marginales de la capital hasta el Canal de Panamá y su parte en la historia panameña, estas ideas y muchas de sus aristas ideológicas aparecen dinámicamente en sus pinturas.

 

Pinzón, quien reside en la ciudad de Penonomé, ha participado desde 1998 en el Concurso Nacional de Artes Plásticas Roberto Lewis del INAC, ganando varios premios y menciones de honor (incluyendo un segundo lugar en su edición de 2015). Su arte se ha expuesto en la Bienal de las Américas en México, y formó parte de la colectiva de dibujos de artistas latinoamericanos junto a reconocidos maestros como Wilfrido Lam y Guillermo Trujillo en el Museo de Arte Contemporáneo.

Jairo Romero

Este joven artista, nacido en Colombia y de familia panameña por su lado materno, surge de la técnica moderna del diseño gráfico y las artes digitales. Antes de abarcar un tema específico, cada una de sus obras posee una historia individual, ya sea de alguna vivencia, de algo que vio o que imaginó, capturando experiencias, momentos, estados de ánimo y hasta objetos que él simplemente trata simplificar y transformar a imágenes que reflejan su visión de la realidad. 

 

Se inició en la pintura desde la adolescencia de forma autodidacta, y pudo estudiar más formalmente en el taller del maestro colombiano Carlos Alberto Cardona. En su plástica siempre trata de evitar la saturación del espacio en el lienzo, desvinculando elementos sobrantes en la composición para dotarla de fuerza y carácter por medio de la técnica mixta.

 

Romero ha demostrado una vocación por la docencia, trabajando como profesor de artes tanto en Colombia como en Panamá. Esta experiencia le permite retroceder el tiempo y verse de nuevo en las expectativas que tienen sus alumnos frente al arte, manteniendo firme el ideal de crear separándose de lo establecido.

 

Desde 2013 ha sido reconocido en importantes eventos culturales de la ciudad, como el Macrofest Panamá, y ha expuesto en colectivas de la Universidad del Arte Ganexa y la Fundación Olga Sinclair.

Osman Samudio

Osman Samudio es un pintor chiricano de arte moderno cuya plástica, inspirada en la escuela del maestro panameño Guillermo Trujillo, sigue la línea del surrealismo abstracto. 

 

Su arte se ha caracterizado por una constante inspiración y búsqueda de la naturaleza, con series sobre el desierto de Sarigua y la tala de árboles, sobre los papos y más recientemente sobre los humedales. La etnia Teribe (Naso) de Bocas del Toro también se ha plasmado en su trabajo.

 

Ha tenido muestras individuales en la ciudad de David y más de 100 colectivas en respetados espacios de arte panameños. Ha expuesto en Brasil, Costa Rica y ha participado en bienales de acuarela en México. Su arte está en las mejores colecciones de Panamá, como en la del arquitecto Marcelo Narbona, quien posee más de una treintena de sus cuadros.

Hector Samaniego Sinclair

Graduado de la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal de Chitré, Samaniego Sinclair cita como principales influencias a su querido abuelo (el maestro Alfredo Sinclair) y a al grande Julio Zachrisson, el cual lo inspiró a hacer figuras curiosas desde su niñez. Goya le encanta y los espacios de Rothko se perciben en su sofisticado trabajo.

 

Sus pinturas poseen una tonalidad intensa, propia de los cálidos rojo y naranja que suele preferir. Se suma a un estilo abstracto o semi abstracto, y le gusta pintar de una manera espontánea, yendo directo al lienzo con muy pocos bosquejos.

 

En obras figurativas, cuando se trata de rostros, se percibe una influencia lo árabe, ese lugar del mundo donde la raza humana se originó. Le inspira el resaltar la importancia de los animales para la vida de los seres humanos, al igual que esas cosas que obviamos por el uso de la tecnología y que aún debemos apreciar. El colorido y la fuerza de la cultura africana también son una influencia notable.

 

El trabajo de Samaniego Sinclair se ha expuesto en colectivas a nivel nacional e internacional.

Ricardo Sánchez Beitía

Enemigo de las etiquetas en el arte y un orgulloso autodidacta, Ricardo Sánchez Beitía explora el paisaje primigenio en sus obras. La belleza profunda de esos bosques primarios, el entendimiento de climas y micro climas, desde el páramo hasta la sabana, resulta en trabajos de ecología, proyectando una conexión con la naturaleza  y una iconificación de paisaje de Panamá.

 

Del maestro inglés John Constable aprendió a analizar el paisaje, observando los fenómenos que suceden dentro de un paraje determinado. Aunque ha tenido dos exposiciones individuales (Panamá, Habana), él prefiere la interacción de una colectiva, ya que el relacionarse con grupos, el discutir y conversar sobre diferentes corrientes, lo alimenta más que exponerse en solitario. Le deja mucho el estar con otros artistas, es como un aprendizaje constante de técnicas.

 

La obra de Sánchez Beitía se vale de una rigurosa técnica pictórica, con la que potencia el principio de verosimilitud o mímesis en la representación. Destacan especialmente su versatilidad en el tratamiento de la gama cromática (cálidos y fríos, intensos y neutros, primarios, secundarios, terciarios), el empleo de los recursos de la perspectiva (lineal y atmosférica), las texturas, la degradación de valores y la luz. Tienden a predominar los planos generales, vistas panorámicas que recrean el paisaje en toda su extensión y esplendor con una poesía visual sumamente reveladora. 

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